miércoles, 4 de abril de 2012

La ionización y la salud

Lámpara de sal del Himalaya

Lámparas de sal del Himalaya

Si le preguntamos: ¿se ha sentido usted cansado sin un motivo? O… ¿ha llegado a su casa como ‘sin pilas’ sin un motivo aparente?... o ¿no puede dormir y da vueltas y vueltas en la cama?, es más, ¿ha llegado alguna vez a algún sitio y ha sentido que ‘el ambiente se podía cortar con un cuchillo’ de enrarecido y espeso?. Todas estas sensaciones cada día las sufrimos más y curiosamente se nos pasan casi todos los males cuando nos alejamos de las ciudades hacia la playa o el campo dónde (entre otras cosas) damos largos paseos, caminamos descalzos, respiramos el aire puro de los árboles o la brisa marina, pero cuando volvemos a la rutina, reaparecen episodios de dolor de cabeza, insomnio, desánimo, cansancio, mal humor, tristezas, etc.
Una explicación puede ser la contaminación electromagnética. Tanto aparato eléctrico que desprende contaminación electromagnética y que no vemos, puede estar haciendo estragos y si lo analizamos, no es descabellado. Aunque esto parezca cosa de filosofías Feng Shui (que también lo es), o de chamanes, si se analiza que es la contaminación electromagnética no lo es tanto.
Somos cuerpos electrónicos muy sofisticados. Las conexiones de nuestro cerebro son eléctricas, nuestro corazón es un motor eléctrico que bombea y las moléculas que componen nuestros tejidos están conformadas por átomos y ¿qué son los átomos? Pura electricidad.
¿Ha oído hablar de la ionización? Una vez me llamó la atención ese término, cuando se hablaba del porqué cuando cae una buena nevada la gente está de buen ánimo, positiva y feliz y parece que todo el mundo quiere hacer bolas de nieve y tirárselas a cualquiera. Es la ionización en el aire.
Los átomos del aire que respiramos tienen una carga positiva igual a la carga negativa (mismo número de electrones que de protones). Este equilibrio o carga eléctrica neutra se ve alterada con la contaminación electromagnética que hay en el aire con los tan necesarios aparatos que nos facilitan la vida. El átomo pierde electrones negativos y entonces ocurre: el aire que respiramos se enrarece y se torna maligno. El átomo intenta recuperar el protón que perdió robando de otro átomo el que falta o soltando el que le sobra y el desequilibrio de lo natural sucede. Es entonces es cuando damos ‘rampa’ al dar la mano o nos da una buena descarga la puerta del coche al abrirla, o simplemente perdemos nuestra energía, nos volvemos ‘raritos’ y tenemos síntomas que el médico no sabe explicar y te receta antiinflamatorios, o te dice que estás incubando algo…
Esto se puede revertir aportando esa carga negativa (la saludable) que le falta al oxígeno que respiramos y a nuestro cuerpo. Hay aparatos ionizadores en el mercado pero son caros. También venden las famosas lámparas de sal del Himalaya, que al calentarse con la luz desprenden protones al aire e ionizan el ambiente con carga negativa (saludable).
Puede ser verdad que ionicen, o no, pero lo que sí es cierto, es que son bonitas, muy bonitas y ya hay hasta con USB para el ordenador (todo un detalle para los que como yo, ya es una extensión de mi cuerpo). Yo, por si las moscas tengo en las dos mesitas de noche y en uno de los puertos USB de mi portátil desde hace un par de semanas.

La ionización del aire según dos expertos en biomedicina

La ionización del aire que respiramos influyen notablemente en nuestros procesos biológicos y psíquicos (è vea el artículo sobre “La ionización del aire y contaminación electromagnética. Causas, efectos y soluciones” (de los doctores en Ingeniería Biomédica Hernán Londoño y Nelson Rúa).

Lámparas de sal del Himalaya y la salud

¿Dónde comprar las lámparas de sal?

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